«Me lo llevaban pidiendo días, especialmente la gente de mayor edad, y desde luego, es momento para ello con esta situación tan tremenda que estamos viviendo», explica el párroco de Caspe, Samuel San Miguel, que este domingo sacó la Veracruz a la puerta de la colegiata. Con esta reliquia, -como le contaron los mayores al cura que llegó hace 10 años a la localidad- se lanzaban las rogativas antaño ante cualquier adversidad como una catástrofe, epidemias o una sequía, por ejemplo. «Situaciones excepcionales y graves como es esta», añade.

La Veracruz no sale de su capilla. Solo lo hace cada 3 de mayo como bendición de términos y en Semana Santa pero el resto del año permanece expuesta al público en su vitrina dentro del templo. Es uno de los mayores tesoros de la Ciudad del Compromiso y al que se le profesa devoción. A las 16.00, San Miguel, junto al párroco de Chiprana -que reside en Caspe- sacó la reliquia para lanzar una petición y bendecir a la localidad «y a todo el mundo».
«Hemos pedido a la divinidad paciencia, sabiduría para los profesionales que están luchando contra este virus, y coraje para todos nosotros para seguir estando en casa y cumpliendo las medidas», explica. Samuel rogó por los vecinos, por todos los territorios y por el país. También por los profesionales que siguen trabajando como sanitarios o fuerzas del orden, entre otros muchos. «También los periodistas, que no los mencioné pero están en el pensamiento», añade a La COMARCA. La Veracruz se llevó a continuación a Chiprana donde se efectuó la misma acción. «Algo excepcional de verdad», sonríe Samuel. «Yo he sentido mucha paz que espero que la gente haya sentido igual», reflexiona. Hace décadas que la Veracruz no salía para algo así, los mayores recuerdan que la última vez fue tras la Guerra Civil..
Samuel espera que esta situación traiga «algo de aprendizaje» para enfrentarnos a «los otros virus que asolan a esta sociedad desde hace mucho tiempo como son las violencias, la pobreza o las guerras». Lanzó su deseo de acabar con la violencia machista que sigue asesinando a mujeres, con la pobreza que tiene a tantas personas sin hogar o las guerras, que obligan a pueblos enteros a emigrar en busca de un futuro mejor.
Ha sido un acto cargado de emoción, creo que el pueblo de Caspe a participado con el corazón, rogando a Dios vayamos saliendo de esta complicada situación.
¿Ha sido el bueno de Samuel el que hablaba de los otros virus de Caspe, como las personas inmigrantes, o es una mala redacción?
¡Hola! Para Samuel los otros virus que asolan a esta sociedad son «las violencias, la pobreza o las guerras». Se ha editado el texto para facilitar la compresión y no generar malentendidos. Un saludo.
Los caspolinos hemos tenido mucha fé en la Veracruz yo viviendo fuera siempre me encomendó a la Veracruz y a la Virgen del Pilar. Dios quiera que pase pronto la pandemia
El mejor ejemplo que nos podrían dar Samuel San Miguel y su compañero de Chiprana sería quedarse, como nos quedamos todo el mundo, confinados en sus casas y no salir a la calle a dar espectáculos con la “varita mágica” fomentando la superstición y el oscurantismo propios de otras décadas.
José Luis: Aquí el único que estás dando espectáculo eres tú. Respeta las creencias y la fe (que obviamente tú no tienes) de muchas personas y deja de destilar odio hacia el cristianismo.
Luis: Te recuerdo que estamos en estado de alarma y la principal recomendación que se está dando, sin hacer distinción entre creyentes o ateos, es la de quedarse en casa. Si el quedarme en casa confinado resulta ser un espectáculo que baje Dios y lo vea. Salir a realizar rogativas (por más que sea con el lignus crucis) y desplazarse de una población a otra sí que son actividades de riesgo que pueden tener consecuencias graves para la población (creyente o atea).
Te aconsejo leer las recomendaciones que da la Conferencia Episcopal para evitar la expansión del coronavirus.
Respecto a lo del odio al cristianismo no merece ningún comentario.