Los regantes se muestran satisfechos pese a que afrontan dos años «complicados»
Tras varios años acumulando retrasos, escollos administrativos y subsanación de errores en el proyecto, al fin han comenzado las obras de recrecimiento del pantano de Santolea, en Castellote, una reivindicación histórica que empieza a ver la luz. El Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente adjudicó en abril las obras para ampliar la capacidad del embalse por un importe de 24 millones de euros y hace unas semanas comenzaron las tareas de desembalse, que se prolongarán un poco más debido a la última crecida. Asimismo, se están llevando a cabo los trabajos de campo y cartografía como el marcado el túnel o el replanteamiento de los accesos.
Según la Confederación Hidrográfica del Ebro, el único problema que puede surgir en este momento es que el desembalse afecte a la calidad del agua de los vecinos de Castellote que, hasta ahora, se abastecen de este pantano. Al reducir al mínimo el nivel de agua podrían alterarse los niveles de algunos componentes del agua. No obstante, está previsto un bombeo que resolvería el asunto de inmediato.
«Estamos muy satisfechos. Porque además, ahora ya es prácticamente imposible que las obras se paralicen. Parece ser que se van a recuperar los plazos y que en 2020 ya se podrá emplear», dice el presidente del Sindicato central de la cuenca del Guadalope, José Fernando Murria, que reconoce que los agricultores pasarán dos años «complicados» y pendientes de la meteorología. De este modo, afrontarán la campaña sin poder disponer del embalse principal, teniendo que confiar en las capacidades de los embalses de Gallipuén, el Puente y Calanda. «Aunque si llueve como esta semana, no sufriremos», añade.
En la misma línea se manifiesta el vicepresidente de los regantes del Canal Calanda Alcañiz, José Miguel Ayuda. «Después de tanto tiempo esperando, lo importante es que se recrezca de una vez. Serán 30 meses duros, pero merecerá la pena», valora.
La ampliación
La ampliación de Santolea consiste en la construcción de una presa a la entrada del cañón, a 5,5 kilómetros del núcleo de Castellote y 1.500 metros aguas arriba del embalse actual. La presa se construirá de la misma forma que la del Puente, una de las pocas de Europa con hormigón compactado con rodillo.
Su característica principal es que se construirá por capas y no por bloques como se levantan en este tipo de infraestructuras. Tendrá 59 metros de altura máxima sobre los cimientos y 220 metros de longitud en coronación. Además, estará dotada de un aliviadero de labio fijo con una capacidad de desagüe de 536 metros cúbicos por segundo.
Las obras serán financiadas en un 50% por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, y en el 50% restante con los Fondos Miner.
El recrecimiento de Santolea supondrá un auténtico balón de oxígeno para los agricultores de la zona del Bajo Aragón. En los últimos años la sequía ha supuesto grandes pérdidas en el sector y la ampliación del embalse asegurará que los regantes tengan agua suficiente durante todo el año. Además, de esta infraestructura no solo dependen más de 2.000 agricultores y ganaderos, sino también muchos municipios e incluso la Central de Andorra.