Alejado de memorias de príncipes resentidos o de suculentos premios literarios concedidos a dedo; quiero empezar el año recomendando una buena dosis de literatura y entretenimento a partes iguales, consejo que, de seguro, vosotros, inteligentes lectores, sabréis a preciar. Para ello, vamos a inmiscuirnos en una novela en la cual el lector puede sentirse un oyente de lo que los personajes están contando y fraguando y que, a su vez, es la trama de una historia verdaderamente apasionante. Para lograr este resultado, aparte de lo que hablan los cuatro narradores, hace falta una maestría literaria que mantenga nuestra atención a lo largo de las páginas, y no sólo por lo que se dice, sino por cómo y quién lo dice. Pues bien, justo esto es lo que ocurre con «EL MISTERIO DE LA POSADA SERNY», del anticuario, poeta y escritor romano MARCO FABIO APOLLONI, que a finales del año pasado editó en castellano la editorial A. Machado Libros.
Temporalmente nos encontramos en una sala de estar de la posada Serny de la plaza de España, en la Roma de 1839, sin duda una de las mejores de aquel tiempo. Podemos imaginarnos estar sentados detrás de los que hablan, escuchando lo que dicen estos cuatro personajes que se turnan para contar sus historias, que van desde las ruinas de la antigua Roma hasta el cónclave para la elección del nuevo Papa, desde la puesta en escena del nuevo melodrama del gran Bellini hasta los últimos cotilleos de la actualidad. Estos interlocutores son un mago, que es masón carbonario y espía, y pretende vender unos papeles a un cónsul francés. También tenemos un joven escritor ruso y una cantante que coquetea con el cónsul. A primera vista, se trata de un encuentro casual. Luego veremos que no es así; puesto que todas las historias que van contando, aparentemente inconexas, convergen hacia un giro final que revelará más de un misterio.
Tal vez todo se entienda mejor si descubrimos que el cónsul francés es Henry Beyle, novelista aún poco conocido que firma como Stendhal; o que el ilusionista es Bartolomeo Bosco; el joven ruso, un tal Nikolái Gogol; y la cantante, la famosa mezzo Giuditta Grisi (personajes reales que vivieron en la Roma de aquel tiempo). La oscuridad, la dulzura y el esplendor de Roma son los elementos del telón de fondo sobre el que se mueven los personajes de esta historia fascinante e inteligente, un entramado complejo en cuyos pliegues resuena una melodía cruel pero dulce, e incluso no exenta de humor, y en la que, poco a poco, el espionaje, el amor, las conspiraciones y las maniobras financieras nos abocarán a un final inimaginable.
Feliz año a todos los lectores! Quizás no haya una mejor forma de empezarlo que con esta prodigiosa trama que quedó finalista del afamado premio Strega.
Miguel Ibáñez. Librería en Alcañiz