Gabriela Seisdedos y Sandra Gómez, presente y futuro del motociclismo femenino, fueron profesoras en el campus femenino de Motorland
Con las reivindicaciones por la igualdad entre hombres y mujeres más presentes que nunca, Motorland acogió durante este fin de semana un campus femenino de motociclismo. 74 niñas y mujeres han conocido diferentes aspectos de este deporte como pueden ser la alimentación, la mecánica o la técnica sobre las dos ruedas. Para ello han contado con profesores y profesoras de excepción, entre ellos: Sandra Gómez y Gabriela Seisdedos, el presente y futuro del motociclismo femenino nacional.
Las madrileñas, de 25 y 23 años, llevan montadas encima de una moto desde bien pequeñas. A Sandra la pasión por el motor y la competición le viene de familia. Su padre, su tío y su hermano corrían en moto y ella siguió la saga. «Cuando comencé a competir nadie sabía mi nombre y era 'la niña', pero cuando les empecé a ganar, ya era uno más», recuerda. Gabriela, en cambio, consiguió su primera moto cuando se mudó al campo con su familia. Su padre compró una para ella y otra para su hermana. «La primera carrera fue un poco caos. Llevaba una moto inferior a los demás y recuerdo que había muchas cuestas y me costaba mucho alcanzar los demás. En subida me ganaban, pero en bajada les adelantaba a casi todos», comenta.
Ha llovido mucho desde sus primeras carreras y ahora pueden presumir de ser referencia en el motociclismo nacional. Sandra Gómez es piloto de trial y enduro y ya ha saboreado el éxito en competiciones internacionales: es Campeona del Mundo de Superenduro, Campeona de América en Endurocross y el pasado año fue subcampeona del mundo de trial; su sueño a cuatro o cinco años vista, correr el Dakar. Por su parte, Gabriela ha sido Campeona de España de Motocross en categoría femenina en varias ocasiones y también sabe lo que es competir en un Mundial.
A pesar de todo lo conseguido, el camino no ha sido fácil. Sandra vivió en sus propias carnes el problema de ser mujer «en un deporte de hombres». En 2016, cuando ganó el Mundial de Superenduro, no le pagaron. Como siempre, se sobrepuso a las adversidades. «Lo mejor es pasar página, hay que buscar solución a los problemas. Yo no vivo de esto, sino que vivo para ello. Es cierto que es una pena que por ser chicas no podamos vivir de las motos como los hombres, pero afortunadamente esto va cambiando». Menos optimista es Gabriela. «Yo lo he tenido muy difícil y ya no me motiva, sino que me mina más que otra cosa. Mi familia y yo hemos hecho un gran esfuerzo y al final cansa. No se nos recompensa ni se nos valora de la misma manera».

Figuras como las de Laia Sanz, referente internacional en el mundo del deporte y del motociclismo, Mireia Belmonte o Carolina Marín, han conseguido romper moldes y colarse en una agenda mediática deportiva dominada por los hombres y, sobre todo, por el fútbol. El campus que se ha celebrado este fin de semana en Motorland también busca aportar su granito de arena por hacer más fácil la llegada de las mujeres a la competición. «Es una oportunidad muy buena para ellas. Personalmente me llego una muy buena sensación porque ves que las chicas quieren aprender a toda costa», destaca Gabriela. «Trabajamos muchos aspectos y eso es muy interesante. Ojalá hubiéramos podido tener esto cuando empezamos en esto», explica Sandra.