Auténticos monumentos vivientes plantados, todos ellos, antes del descubrimiento de América. La comarca del Matarraña y el grupo de acción local Bajo Aragón-Matarraña Omezyma dieron a conocer durante la tarde del miércoles en La Portellada las conclusiones del proyecto ‘Oliveras Centenarias y Singulares’. Se trata de un trabajo de catalogación y puesta en valor de los olivos más longevos del territorio.
El acto de exposición de este trabajo de catalogación y recopilación tuvo lugar el martes por la tarde en La Portellada, aprovechando su Semana Cultural. La jornada comenzó con la visita a la denominada Olivera del Pla. Juan Antonio Anglés, propietario de la finca donde se asienta el espectacular olivo, fue el encargado de explicar la historia y las anécdotas del monumento viviente. «Es un árbol tan longevo que lo cierto es que yo a mis 73 años siempre lo he visto igual. Recuerdo cuando de niño construimos con mi padre el muro de piedra entre bancal y bancal apoyando alguna piedra en el gran tronco. Las piedras, décadas después, siguen en el mismo sitio», recordó Anglés quien contó varias anécdotas en torno a la gran olivera.
En torno a una treintena de vecinos de La Portellada acudieron hasta la finca de Anglés en una ruta senderista de unos 15 minutos. El acto tuvo lugar antes de la charla que el coordinador del proyecto, Fernando Zorrilla, ofreció en el pabellón de la localidad. «Hemos querido poner en valor el gran patrimonio que se conserva en el Matarraña en forma de oliveras centenarias. Estos ejemplares suponen tan solo el 1% del olivar actual pero son muy importantes», explichó Ana Casasús, técnico de Patrimonio de la comarca del Matarraña.
Pese a que se han catalogado casi 130 oliveras en el Matarraña y otras 35 en las vecinas localidades bajoaragonesas de la cuenca del Mezquín, por el momento la comarca del Matarraña solo ha señalizado ocho de ellas, después de haber llegado a distintos acuerdos con sus propietarios y tras valorar distintos aspectos como su accesibilidad. «El principal objetivo es poner en valor estas oliveras y todo el patrimonio del aceite, producto que va íntimamente ligado a la historia del Matarraña», explicó Rafael Martí, presidente de la Comarca del Matarraña.
Todo ello después de dos años de trabajo en los que este proyecto ha contado con un gran número de colaboradores. Pese a que ‘Oliveras Centenarias y Singulares’ se dio por concluido el pasado mes de abril lo cierto es que los impulsores dejaron la puerta abierta a la inclusión de más ejemplares. «Quiero agradecer el trabajo de multitud de vecinos y propietarios que nos han facilitado mucho las cosas. Hemos contado además con la colaboración de personas como Víctor Vidal y José Luis Roda que son unos enamorados de estos árboles y que conocen muy bien el territorio», explicó Fernando Zorrilla, coordinador del proyecto. Durante la charla informativa se dio a conocer un vídeo publicado por la institución comarcal que incluye varias explicaciones y testimonios de alguno de los propietarios de las oliveras.
El principal apartado a la hora de incluir una olivera en esta catalogación es tengan, al menos, tres metros de perímetro en su tronco a una altura aproximada de un metro y medio. diámetro. Asimismo, se han incluído otros ejemplares que, aunque no lleguen a ese perímetro, poseen singularidad. La gran mayoría de los olivos catalogados tienen entre 500 y 800 años. «Estamos hablando de oliveras que, en su gran mayoría, fueron plantadas a cuando los barcos de la Corona de Aragón surcaban el Mediterráneo e incluso algunas son de época árabe», añadió Zorrilla. La mecanización de la actividad es una de las principales amenazas que se ciernen sobre estos árboles, por ello se estudiarán fórmulas para su conservación y rentabilidad económica.
Para llevar a cabo la difícil tarea de datar los ejemplares se llevaron a cabo distintas estimaciones comparativas. La principal dificultad radica en que el interior de los troncos de estos olivos suele haber desaparecido por lo que la típica datación utilizando los anillos concéntricos del tronco es prácticamente imposible. En otros casos se han hecho pruebas de carbono-14. «Hemos determinado una edad que no es exacta pero sí muy aproximada a la realidad de estos árboles. Hay que pensar que estos troncos están retorcidos y la madera que inicialmente conformaba el árbol ha desaparecido», explicó Barry Barnard, ingeniero forestal. Oliveras Singulares y Centenarias estará disponible para las administraciones y servirá de base para futuros proyectos de investigación con el objetivo de que pueda servir de punto de partida para distintas iniciativas.
El Bajo Aragón Histórico, depositario de las variedades de olivos de Aragón
Durante la jornada se dio a conocer el proyecto que el grupo de acción local Bajo Aragón-Matarraña Omezyma llevará a cabo gracias a las ayudas Leader y que permitirá que el Bajo Aragón Histórico recopile, analice y almacene las distintas variedades de olivo existentes en todo Aragón. De este modo, se desarrollará un grupo de trabajo que analizará el código genético de todas las variedades existentes en la comunidad autónoma, muchas de ellas aún sin catalogar. «Vamos a analizar durante los próximos 4 años todas las variedades existentes en Aragón y vamos a elaborar, desde nuestro territorio, un inventario de todas ellas», explicó Joaquín Lorenzo, gerente de Omezyma.