El Matarraña, protagonista en el New York Times sobre cómo se vive la crisis del Covid-19 en la España rural

El prestigioso y veterano periódico estadounidense The New York Times pone como protagonista al Matarraña en un extenso artículo sobre cómo se está viviendo la crisis del coronavirus en las zonas rurales de España. Las localidades de Valderrobres, Peñarroya de Tastavins, Lledó, Torre de Arcas y Fuentespalda sirven al rotativo americano como fiel ejemplo de la situación que se vive en cientos de comarcas de la denominada España Vaciada. El reportaje se llevó a cabo durante la primera semana del mes de abril, en pleno estallido de la crisis en la residencia de mayores de Valderrobres y coincidiendo con la aparición de los primeros casos por coronavirus en algunas localidades del Matarraña además de en su capital.

Se trata de un análisis muy general a través del cual se recogen los principales aspectos destacando, especialmente el sanitario, que condicionan el día a día en el Matarraña. La importancia estriba en que The New York Times es uno de los periódicos más influyentes del mundo. El artículo recoge el testimonio de varios vecinos de las localidades matarrañense que aparecen en él y corrió a cargo del fotoperiodista barcelonés Samuel Aranda, que conocía el Matarraña después de haber estado un año viviendo en Lledó. Aranda estuvo acompañado por el periodista Elian Peltier. El rotativo reconoce que el sistema de salud español es «robusto» y que España es uno de los niveles de esperanza de vida más altos de Europa. Sin embargo recoge también la realidad de las áreas rurales, que «han sufrido el envejecimiento» de la infraestructura de salud y la falta de médicos, después de décadas de urbanización y «falta de inversión pública».

Además del hecho de que Aranda conociese ya el territorio, lo cierto es que la realidad del Matarraña les pareció similar a la realidad de otras comarcas de Aragón o incluso del resto de España. Fue clave, de igual modo, la mediación logística del peñarrogino Rubén Lombarte, concejal de cultura y turismo del Ayuntamiento de Peñarroya de Tastavins que ha ejercido el periodismo durante varios años y con el que, de este modo, contactaron a través de contactos comunes. «Buscaban sobre todo cómo afrontan los pueblos pequeños el coronavirus y cómo llevan el confinamiento. El enfoque era positivo pero se fijaron sobre todo las diferencias y carencias en materia sanitaria respecto al medio urbano«, ha explicado Lombarte.

El artículo se detiene especialmente en Valderrobres. La información cuenta como un agricultor de la localidad, Miguel Ángel Caldú, se dedica a labores de desinfección «con su tractor». Relata cómo el alcalde, Carlos Boné, impulsó e hizo todo lo posible por hacer las pruebas para detectar coronavirus a todo el personal de la residencia de mayores valderrobrense al igual que a todos sus residentes. Cuenta también que Boné, enfermero de profesión, se incorporó al personal de la residencia ante la escasez de su plantilla con las bajas derivadas de la pandemia. De igual modo destaca la función como capital comarcal y la bellleza del casco urbano. «Este artículo supone poder transmitir la situación en la que nos encontramos. Que nuestra historia y cómo se ha vivido aquí la crisis llegue a otros lugares es sin duda algo muy importante«, ha explicado Carmen Lorente, técnico de cultura del Ayuntamiento de Valderrobres.

Una de las reflexiones que lanza el rotativo recoge la diferencia tanto en incidencia como en dispositivo sanitario existente entre zonas urbanas y rurales. Por un lado destaca el factor de aislamiento y baja demografía que favorece la lenta propagación del virus, incluso inexistente en muchos de los pueblos matarrañenses. Sin embargo, tal y como se ha puesto de manifiesto de forma insistente en los últimos meses y años, reconoce que una vez entra el virus, los pueblos son «más vulnerables» al no contar con los mismos medios sanitarios. Entre otras variables, destaca un hecho denunciado en repetidas ocasiones desde el territorio como lo es el hecho de que la UCI más cercana «está a 2 horas», en Zaragoza, ya que el Hospital de Alcañiz carece de este equipamiento sanitario. «Los pequeños pueblos pueden ofrecer cierta protección contra el contagio, pero una vez que ataca el coronavirus, puede revelar las vulnerabilidades particulares que enfrentan las comunidades más pequeñas», relata el artículo.

De igual modo destaca el valor patrimonial e histórico de los municipios matarrañenses e incluyen fotografías de Peñarroya de Tastavins y de la antigua estación de tren de Lledó, en este último caso dándole una connotación ‘mágica’ y nostálgica. Los periodistas destacaron también el peso del sector agroalimentario en el territorio y las medidas de protección, que ya antes de la crisis, tomaban los trabajadores de las distintas empresas existentes, así como en las explotaciones ganaderas. «Como bien dice el artículo tenemos unos aspectos que ‘nos protegen’ y otros que no. Nosotros debemos seguir desinfectando y extremando todas las precauciones porque seguimos con la amenaza del coronavirus y tenemos que tener la máxima responsabilidad», explicó María Teresa Crivillé, alcaldesa de Lledó.

Para ello visitaron algunas explotaciones ganaderas. Analizaron también cómo se habían restringido los servicios esenciales en las distintas localidades matarrañenses. Destacan, de igual modo, lo envejecido de la población y resaltan el estado de algunas infraestructuras y algunas carreteras comarcales en mal estado como la que transcurre de Lledó a Arnes. El diario recoge además el testimonio del alcalde de Fórnoles, médico de profesión y que lleva varias semanas aislado en un piso de Valderrobres para evitar tener contacto con su familia y vecinos. Pulsa en este enlace para visualizar el documental.

Cabe recordar que hace tan solo unos días fue Calanda la protagonista de otro reportaje del prestigioso diario norteamericano, en este caso centrado en «la curiosa Rompida de la Hora en estado de alarma».