Esta iniciativa ha sido posible gracias a Amics de Nonasp y cuenta con un patio y mazmorras de la época
La Asociación Amics de Nonasp, uno de los colectivos más activos de este municipio, consiguió el pasado domingo abrir al público la segunda fase de su antigua prisión, situada en la calle Uche, en pleno centro urbano. Esta construcción cuenta con un patio, escaleras y mazmorras de la época del siglo XVII, en las que se puede ver el paso del tiempo y parte de la historia de la localidad.
Esta asociación ha sido la creadora de un museo etnológico modélico (que está siendo continuamente visitado por su gran oferta cultural), y ha ayudado a la recuperación de varias casas ruinosas y cientos de objetos del pasado. Para adornar la entrada de la cárcel recién rehabilitada, los integrantes del colectivo decidieron contar con el académico de San Luis de Zaragoza, Santiago Gimeno, nacido en Nonaspe. Él ha donado su escultura «Una puerta para la ciudad», que ha sido expuesta en lugares como el Patio del Museo de Zaragoza y el modernista Pablo Serrano.
«Es una obra que hice después de una estancia en Nueva York y que refleja la convergencia entre los ríos que se unen en Manhattan», explicó Gimeno durante la inauguración. Una escultura con unas características similares a lo que ocurre en Nonaspe: el río Matarraña y el río Algars desembocan en el lugar en el que está la ermita de la Virgen de Dos Aguas.
«Cuando me propusieron colocar una de mis obras en este emplazamiento pensé inmediatamente en esta obra porque es un caso muy parecido, encaja muy bien con la orografía del lugar», añade el escultor nonaspino. Es la primera vez que Gimeno expone en su pueblo natal, y espera que no sea la última. La obra se quedará en el municipio de manera indefinida.
Una cárcel con historia
Una vez traspasada dicha puerta, a través del escaso zaguán, se accede al resto del lugar bajando por unas estrechas y tétricas escaleras a una mazmorra que constituye otro patrimonio recuperado.
«Cuando inauguramos hace un tiempo esta pequeña prisión descubrimos por sorpresa las mazmorras de la parte inferior y quisimos recuperarlas», comentó el presidente de la Asociación Amics de Nonasp, José María Ráfales, durante la apertura de la cárcel medieval. El colectivo también descubrió una serie de grabados de los presos de la época que han respetado y dejado a la vista del público. «Lo que hemos hecho es intentar darle sentido a todo esto», señala Ráfales.
Para mejorar la experiencia de la visita, se han instalado unos paneles en el patio de la entrada con una breve explicación de cómo era la cárcel en el siglo XVII. También se pueden ver las distintas modificaciones que ha sufrido esta construcción a lo largo del tiempo. «La culminación de este espacio ha sido la instalación de la escultura de Santiago Gimeno, que en seguida accedió a nuestra propuesta», asegura el presidente de Amics de Nonasp. El próximo objetivo es que el lugar se una a la ruta de cárceles distribuidas por todo el territorio bajoaragonés.