El sector avícola aragonés está en peligro por falta de rentabilidad, los bajos precios, y la caída de la producción. Las granjas de la comunidad autónoma se vieron fuertemente sacudidas durante la pandemia y todavía no han podido reponerse, el principal motivo: la crisis que sufre la hostelería y el turismo, desde donde venía la principal demanda.
La situación es crítica para las 392 explotaciones que existen actualmente en Aragón, y que eran 100 más hace 4 años. «No podemos seguir así, nos tienen que dar soluciones ya, hay granjas que ya han cerrado y es difícil mantenerse con estas restricciones, tampoco estamos recibiendo ningún tipo de ayuda», explica el portavoz de COAG responsable del sector avícola, Eloy Ureña, fayonense que cuenta con una explotación.
«Hemos tenido que menguar la producción, ahora está la situación un poco mejor pero nos da miedo invertir para que todo vuelva a cerrarse y de nuevo perder esa demanda que tanto ha costado recuperar», asegura Ureña.
Una solución que se está estudiando es lanzar una marca de pollo aragonesa que compita con las que llegan exportadas. «Siguen viniendo productos de otros países, con los que tenemos que competir, creemos que es buen momento para crear una marca ‘made in Aragón’ con un valor añadido, para que los aragoneses apuesten por lo autóctono», señala Ureña.
Paco dice
Mientras las grandes superficies sigan compitiendo para ofrecer pollo como gancho y presionen a los ganaderos para obtener esa mercancía a precio inferior a su coste, las empresas dedicadas a esto no tienen ningún futuro más que el de cerrar.
Apliquémoslo a todos los sectores de alimentación y al final ocurrirá lo que dije el otro día, que vamos a pegarnos por comer limos del río.