Alberto Escura, agricultor y ganadero de El Poyo del Cid, es el nuevo secretario provincial de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón en Teruel tras la renovación de la Comisión Ejecutivo de UAGA-COAG, celebrada en diciembre del pasado año.
¿De qué manera llegas a ocupar el cargo de secretario provincial de UAGA en Teruel?
Yo me incorporé a la actividad agraria hace 25 años. Por herencia, siempre lo digo, ingresé como afiliado de UAGA y poco a poco he ido dando pasos como responsable de algún sector y también he sido estos últimos cuatro años responsable comarcal en la Comarca del Jiloca. Y un día llegué a una reunión provincial y me dijeron: Alberto, tú vas a ser el siguiente secretario provincial. Y yo les dije: ¿¡Cómo?! Me respondieron: Sí, sí, ya lo hemos decidido, las papeletas no las busques que las hemos tirado, y tienes que ser tú el que dé el paso adelante. Evidentemente afronto esta etapa con mucha ilusión. Es un nuevo reto personal que afronto sobre todo con ese gran apoyo detrás de la afiliación de la provincia y con muchas ganas de trabajar.
¿Qué retos tienen los ganaderos y agricultores turolenses en este 2023?
Como cualquier otro sector, resumiría la situación como cambiante y con gran incertidumbre, es lo que hay. Venimos arrastrando un cambio económico desde la pandemia, agravado en 2022 por la guerra de Ucrania. Desde UAGA vemos peligrar este modelo de agricultura y ganadería familiar que conocemos, que es el mayoritario en la provincia de Teruel. Es una obviedad que el sector no puede desaparecer, porque tenemos que comer todos los días, pero sí el modelo de agricultura. Vemos como fondos de inversión, como lobbies, están entrando fuerte en nuestro sector, acaparándolo, y nosotros, la agricultura familiar aragonesa y turolense, con esto no podemos competir. Entonces, vemos peligrar el modelo de explotación.
El año está también marcado por el cambio de la PAC...
Sí, la nueva Política Agraria entró en vigor el 1 de enero. No es la PAC que desde UAGA queríamos para nuestro sector pero bueno, va a ser la que tendremos durante los próximos 5 años y nos tendremos que adaptar lo mejor posible. Cierto es que se hizo una ronda de asambleas por toda la provincia informando de toda la normativa, pero el problema es que a día de hoy todavía quedan muchas dudas y muchas cuestiones que no sabemos cómo se van a ejecutar. El problema no es que no lo sepamos nosotros, sino que en la Consejería del Gobierno de Aragón todavía hay cosas que no tienen claras.
UAGA presentó recientemente el balance agrario de 2022. ¿Qué destacarías?
Ha sido un año con mucha incertidumbre. Aunque en Aragón la producción agraria ha bajado un 18%, los ingresos suben un 15%. Esto es debido al incremento de los precios de venta de nuestros productos, pero es tal la repercusión de la compra de los insumos que aún con esta subida de ingresos la renta agraria baja a niveles de los años 90. También te puedo decir que una hectárea de herbáceos en Aragón podría costar en torno a las 450 euros y vemos como en 2022 sube hasta los 750 euros, lo que hace que la rentabilidad de las explotaciones en este sector baje.
¿Qué ha supuesto esa subida de precios de insumos?
El incremento de los piensos, del coste energético o de gasóleo está poniendo en jaque a las explotaciones agrícolas y algún tipo de explotación ganadera en Aragón. Veremos en 2023 cómo se regularizan los precios y cómo seguimos.
¿Qué hacer frente a esto?
Cierto es que la PAC que pedíamos podría haber ayudado a la ganadería y agricultura familiar y que existe esta incertidumbre de precios de mercado marcados por la globalización, pero por el momento poco se puede hacer mas que adaptarnos y si es necesario pedir ayudas públicas, créditos blandos a interés 0 ayudas de financiación.