Motorland Aragón ha ido abriendo sus puertas a lo largo de esta semana a la «bubuja internacional» de MotoGP llegada desde Le Mans (Francia). El paddock se ha llenado de motorhomes y hospitalities de equipos y marcas que sólo unos pocos pueden ver en vivo y en directo. Son los trabajadores, organizadoras y personal de esta «burbuja», alrededor de 2.000 personas, que se van moviendo de prueba en prueba restringiendo al máximo sus contactos y evitando toda relación con el exterior.
La pandemia de covid-19 está marcando un mundial que los aficionados tienen que conformarse con vivir a través de las pantallas. Lejos quedan los Pit Lane Walk, los baños de masas de los pilotos en la plaza de España y las emocionantes olas que recorrían las gradas.
Los equipos viajan con el personal «estrictamente necesario» y reducido al máximo. Tampoco está permitido el acceso al circuito a los periodistas que no forman parte del equipo fijo del Mundial. Además, los aficionados llegan con cuentagotas. Sólo unos pocos nostálgicos aprovecharán estos días para recorrer las rutas moteras del Bajo Aragón o para darse una vuelta por el centro de la ciudad. «No habrá tanta alegría en la calle, eso lo hemos asumido ya hace tiempo», reflexionan los empresarios turísticos.
Este viernes arrancan los entrenamientos libres del Gran Premio de Aragón para concluir el domingo con la carreras. No obstante, la actividad en el complejo deportivo se prolongará hasta el próximo domingo puesto que el fin de semana que viene se disputará el Gran Premio de Teruel. Realizar dos carreras es otra de las consecuencias del covid-19 que se está repitiendo en diferentes circuitos al empezar más tarde el mundial. Llegará a más de 300 millones de telespectadores. Pero aunque este año MotoGP durará más que nunca, nada tendrá que ver con lo que se ha vivido en la ciudad en los últimos diez años.
El territorio espera que en 2021 se recupere la normalidad en lo que respecta a la celebración del Gran Premio de Aragón. Coincide con el último año de vigencia del contrato de Dorna con el Gobierno de Aragón. No obstante, la previsión tanto del CEO de Dorna, Carmelo Ezpeleta, como del presidente de Motorland, Arturo Aliaga, es renovar hasta 2026. Eso sí, a partir de 2022 las pruebas empezaría el sistema rotativo de pruebas en la península ibérica, por lo que en cinco años, Alcañiz acogería al menos tres Premios. No obstante, todo dependerá de la evolución de la pandemia. «Lo único que podemos hacer, que ya es mucho, es volver a demostrar nuestra capacidad organizativa en esta doble cita y que MotoGP vea que Mortorland está en la salud y en la enfermedad», destacó este jueves Aliaga.
«La Semana Santa que no tuvimos»
«La Semana Santa que no tuvimos». Así definen los empresarios turísticos del Bajo Aragón este mes de octubre. El puente del Pilar, cuando el Bajo Aragón registró una ocupación del 82%, se ha encadenado con las dos grandes citas de MotoGP para terminar el mes con el Mundial de Turismos. «Estamos muy satisfechos y para destacar algo positivo, podemos decir que las estancias se han prolongado hasta 14 en incluso 21 días», especificó la gerente de Turismo Bajo Aragón, Nieves Ballestero.
No obstante, incidió en que las desventajas con respecto a otros años son «evidentes». «Al ser a puerta cerrada, la afluencia de aficionados es muy escasa. Además, los equipos llegan con menos personal que otros años y la última hora es un fenómeno que está muy presente», subraya.
Reconoce que la ocupación está «muy por debajo» del 100% pero que puede variar en uno o dos días, como ya ocurrió durante el puente del Pilar. En lo que respecta a la restauración, también se ha notado. «Las reservas para comer o cenar se puede decir que son nulas. Parece ser que se hacen los desayunos a puerta cerrada y, el resto, en el ecircuito», destacó.
No obstante, aunque las previsiones son halagüeñas en Alcañiz y alrededores, este año la «balsa de aceite» no se extiende por todas las comarcas bajoaragonesas y Zaragoza.