Los alcaldes de la Ruta del Tambor y Bombo atraviesan junto a los vecinos de sus 9 pueblos los días más difíciles de su historia. Por primera vez no tocarán en las calles y a la vez, los primeros ediles, se enfrentan a la complicada gestión de la pandemia del Covid-19. La COMARCA les ha pedido cartas con sus reflexiones.
La primer edil de Albalate, Isabel Arnas, expresa con emoción cómo superarán estos días. «Los tambores del Bajo Aragón son un ejemplo de libertad, aunque nosotros nos quedemos en casa, el sonido viajará libre porque no hay barrera que pueda confinar un sentimiento tan hondo». El alcalde de Alcañiz, Ignacio Urquizu, cree que «uno de los aspectos positivos» de esta tremenda crisis es que «vamos a ver con otros ojos muchas de las cosas que hacíamos hasta ahora, sin detenernos en ellas lo suficiente».
Desde Alcorisa, Miguel Iranzo, reflexiona sobre el papel de los ayuntamientos y da las gracias a las asociaciones y vecinos. «Estoy convencido que venceremos al virus y lo haremos también gracias al magnifico equipo sanitario que cuenta Aragón y nuestro pueblo». También el alcalde de Andorra, Antonio Amador, cree que «el coronavirus ha sacado lo mejor de nosotros». Alberto Herrero, de Calanda, asegura que su municipio «trabajará unida para ser ejemplar. Esta Semana Santa también será especial».
El primer edil de Híjar, Luis Carlos Marquesán, se enorgullece de haber hecho posible que se pueda vivir el momento de Romper la Hora desde la distancia, «pero de cerca» a través del software Local Reporter y de la alta participación vecinal. Cerca, en La Puebla de Híjar, Pedro Bello, quiere para agradecer a sus mayores el «magnífico legado que transmitieron». «A los que ya no están, con el recuerdo, y a los que aún nos acompañan, cumpliendo a rajatabla el confinamiento», insiste.
El alcalde de Samper, Alfonso Pérez no oculta que su pueblo «está triste», como todos los municipios de la Ruta. «En estas fechas deberíamos aumentar la población, abarrotar los bares y los comercios, las calles tendrían que estar llenas de gente amiga. Samper de Calanda es un pueblo solidario y por eso os pide que os quedéis en vuestras casas». Y en Urrea, Joaquín Lafaja, también llama a «los hijos que están desplazados en ciudades y pueblos, no pueden acompañarnos presencialmente, sí que lo harán con sus pensamientos y con su corazón».
Bajo mi modesta opinión y sin la menor de las intenciones de perder el respeto por nadie ni a ninguno, y teniendo en cuenta que excepcionalmente ha quedado suspendida la Semana Santa. No es comprensible como todos ustedes están intentando promover un movimiento libertario y liberticida contra la suspensión de una fiesta eminentemente religiosa que debido al su masificación serviría de la expansión del covid 19 entre sus semejantes. No alcanzo a imaginar porque ni para qué están gritando a sotavento la llamada al toque del tambor y el bombo, cuando eso lo que va acarrear es el llamamiento al vecino que “vuelve a casa por Semana Santa” aunque de forma ilegal lo haga e incluso a los que en la puerta de la calle se junten a tocar el tambor a escasos medio metro, no alcanzó a entender porque son los alcaldes los primeros que no acatan la suspensión de la Semana Santa, en fin no le deseo el mal a nadie pero lamentó la falta de escrúpulos y de respeto que algunos tienen hacia las personas, el covid no es un juego, no es una gripe, ahora mismo no tiene nadie que pueda vencerlo, salvo el sentido común y la prevención, sin mas espero que al año que viene muchos puedan tocar el tambor y los que no estén no haya sido por esto. Me indigna que olvidemos a los abuelos y los dejemos en el olvido. Cada uno llevara sobre su conciencia el peso de su culpabilidad.
Creo que no ha entendido usted que los tambores se tocarán desde los balcones y cada uno en su casa, en ningún momento ha dicho nadie de bajar a tocar ni siquiera a la puerta de casa
Y es bonito el que todos tengan el sentimiento de no apagar el sonido de los tambores en esta Semana Santa tan especial para todos