En unos 400.000 euros cifran desde la Diputación de Teruel el coste de poner fin a los problemas que causa el peñasco de La Rocha en Oliete. Los derrumbes son frecuentes y, aunque el problema no es nuevo, hay voluntad de frenarlo. A ello se han comprometido desde la DPT cuyo Gabinete Geológico ha elaborado un informe que plantea soluciones a largo plazo. La obra, para la que habría que buscar financiación, pasaría por la construcción de un muro al pie y la colocación de una malla de contención.
No obstante, «es una obra costosa y se están barajando todas las opciones y estudiando todas las cuestiones técnicas», dijo este lunes el vicepresidente, Alberto Izquierdo, quien visitó a finales de julio Oliete y Crivillén. Volvió a lanzar un mensaje de tranquilidad a la población ante un proceso que se presume largo. «Se aprecia que no hay un riesgo de derrumbe total, por lo que no hay una situación de emergencia».
No existe urgencia pero sí urge la agilidad, como solicitan desde el Ayuntamiento. «Hay disposición y se están tomando mucho interés desde la Diputación y no hay que dejarlo porque será un problema mayor», dijo el alcalde, Rogelio Villanueva. Recordó que «cada vez que llueve hay que sacar escombro de esas calles». Solicitó también colaboración vecinal para que los transeúntes se abstengan de pasar.
Desalojo en 2020
La última vez que hubo que retirar escombro fue este mismo verano cuando volvió a sorprender la lluvia. No hubo daños más allá teniendo en cuenta de que debajo hay viviendas habitadas. En enero de 2020 fue muy diferente con la virulencia con la que descargó la borrasca Gloria. Los bomberos intervinieron entonces para balizar la zona y desalojaron a una familia que reside encima del peñasco. «Creo que es el reto de todos los alcaldes y concejales que vamos pasando por el conpero la solución es compleja y más para un ayuntamiento», concluyó el primer edil. Aunque en los últimos años se ha actuado, no se ha llegado a consolidar de forma definitiva.