¿Por qué ha considerado oportuno acudir este jueves a Alcañiz?
La cultura necesita del periodismo. Además el curso se celebra en Alcañiz, en el Bajo Aragón. A veces se tiene la tentación de pensar que solo hay cultura en las grandes ciudades y olvidamos que afortunadamente para todos la cultura tiene su lugar y su papel en todos los rincones de España.
La oferta cultural es menor en el medio rural, ¿le preocupa?
Insistimos mucho a las grandes instituciones culturales, que suelen tener sede en Madrid, en que sus obras puedan girar por el conjunto de España. Si realmente si queremos un país que de oportunidades a todos ha de hacerlo con independencia de donde se viva, acercándose a todo tipo de municipios y valorando el patrimonio cultural que hay en todas partes. Para tener una visión de lo que es España hay que conocer bien el territorio y saber que muchas cosas se producen en lugares en los que a veces a uno de entrada no se le ocurrirían. Precisamente en este curso nos hablaban de un periodista que hace tres siglos desde Alcañiz revolucionó la profesión: Mariano Nipho. En los pueblos se producen a veces fenómenos muy, muy importantes que haríamos muy mal en no tener en cuenta.
Respecto al Bono Cultural, ¿se han considerado las características del medio rural?
Lo hemos pensado pero soluciones mágicas no existen. Estamos haciendo un gran esfuerzo por que las entidades y las empresas que prestan servicios culturales en todo el país se apunten a este programa y que no nos quede ningún rincón por cubrir, pero aun así hay muchos núcleos de población en los cuales no hay estructuras culturales organizadas. Afortunadamente a la gente joven le gusta moverse y estamos trabajando para conseguir acuerdos con entidades de transporte para que los desplazamientos al hilo de la utilización del Bono Cultural tengan algún tipo de bonificación.
Proliferan las pequeñas productoras, ¿qué apoyo se les brinda?
Cuando se trata de fondos de apoyo a las productoras también se valora la experiencia. Muchas de ellas son muy pequeñas y de reciente creación, por lo que tienen dificultades para acceder los fondos del Instituto del Cine y las Artes Audiovisuales. Vamos a intentar ampliar esos fondos y que realmente también haya criterios que sirvan para fomentar la creación de productoras. Cabe destacar el éxito de la película Alcarràs, que consiguió el Oso de Oro en Berlín. Una historia muy local y localizada que al mismo tiempo se ha podido explicar de manera universal. Hay espacio para la creación local, para las historias locales. Nuestra obligación es cuidar de todos esos lugares, animar a los creadores y velar por que existan esas estructuras que puedan dar cuerpo a proyectos culturales.
¿Qué opina de las Film Commissions?
Nos interesa mucho que venga gente a filmar. Es bueno que existan comisiones cinematográficas porque lo que buscan es atraer rodajes, empresas, y también proporcionar profesionales. Las productoras norteamericanas cuando trabajan en España salen encantadas, no solo por el paisaje, sino también por el ‘paisanaje’.
La Ley General de Comunicación Audiovisual ha generado polémica por la catalogación de «productores independientes». También trabajan en la Ley del Cine, ¿qué objetivo persigue?
La Ley de Comunicación Audiovisual estaba muy pensada para atender a los retos de la digitalización y la globalización, mientras que la Ley del Cine está más pensada para la definición de las políticas públicas de apoyo a nuestra industria cinematográfica. Hay que dejar claras varias cosas: nunca el cine había tenido tanto apoyo económico, con la Ley Audiovisual ese apoyo va a crecer, y con la Ley del Cine vamos a tener una definición de «productores independientes» que va a satisfacer probablemente más que lo que lo hizo la Ley Audiovisual.
También trabajan en el Estatuto del Artista...
Sí. Busca adaptar nuestra legislación laboral, fiscal, de Seguridad Social y los contenidos educativos a las necesidades de la actividad cultural. Todos estamos muy satisfechos porque la reforma laboral ha producido un incremento muy notable de los contratos indefinidos, pero la actividad cultural no se caracteriza por la continuidad en el tiempo, hay una intermitencia, y por lo tanto requiere de una regulación específica para hacer posible que los creadores puedan recibir sus honorarios cuando trabajan, pero puedan vivir también cuando no están ingresando. Esto requiere de un cambio de concepción: fabricar cultura no es lo mismo que fabricar tornillos.
Su figura ha sido muy sonada a causa de la polémica de los Juegos Olímpicos de Invierno. Aragón quedó con mal sabor de boca al no alcanzarse un acuerdo con Cataluña, ¿qué valoración hace?
Creo que nos quedó mal sabor de boca a todos y, si me permite la expresión, un poco cara de tontos. Teníamos una gran oportunidad y lamentablemente no hemos sido capaces de aprovecharla. Teníamos grandes posibilidades pero nos habíamos comprometido a hacer una candidatura por acuerdo. Yo, desde luego, me he quedado con muy mal cuerpo. Sé que en el Pirineo había ganas.
¿Ve solución a futuro?
Espero que sí. Unidos somos imparables, divididos podemos ser derrotados, y no hay peor derrota que de la que uno se siente personalmente responsable: no nos ha ganado ningún otro, hemos perdido nosotros.