El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha visitado Cantavieja este sábado para conocer de primera mano los desperfectos que ha causado la borrasca Gloria y comprometer ayudas para Aragón. Sánchez ha estado en la capital del Maestrazgo unos 45 minutos y ha recorrido las dos instalaciones más afectadas de la localidad: el pabellón polideportivo y el aserradero Maderas Oliver Sorribas. En ambos casos se cayó el techo por el peso de la nieve.
Sánchez no ha realizado declaraciones a la prensa pese a que en la convocatoria estaba prevista la atención a los medios. Sí lo ha hecho por la mañana en su visita a Benicarló y Peñíscola (Castellón». Se ha podido conocer en palabras del alcalde de Cantavieja, Ricardo Altabás, que el presidente le ha transmitido que habrá «ayudas y apoyo» suficiente para hacer frente a los desperfectos del temporal en Aragón. A falta de las estimaciones de los peritos, en la capital del Maestrazgo calculan que los desperfectos ascienden a más de dos millones de euros.

El presidente, que ha llegado a Cantavieja desde la provincia de Castellón en coche, se ha adelantado diez minutos a la agenda oficial. Sobre las 16.20 estaba en la plaza España, donde le esperaban más de un centenar de personas entre comitiva oficial y vecinos, que no se han querido la primera visita de un presidente del Gobierno en democracia al Maestrazgo. Allí le esperaba a Sánchez una hilera con unas 60 personas entre autoridades y personas de los equipos que han trabajado en el temporal como la Guardia Civil, la UME, Protección Civil y Agentes Forestales, entre otros. A la cabeza, el presidente de Aragñon, Javier Lambán; la delegada del Gobierno en Aragón, Carmen Sánchez; y el alcalde de Cantavieja, Ricardo Altabás.
Desde la plaza España, Sánchez ha realizado un recorrido de casi un kilómetro andando por la vía principal de la localidad, la avenida Maestrazgo, hasta el aserradero pasando por el pabellón. Por el camino ha saludado a los numerosos vecinos que le saludaban curiosos.

A la llegada a la nave de Maderas Oliver Sorribas esperaban a Sánchez alrededor de una veintena de personas, entre la familia propietaria y trabajadores, a quienes el presidente les ha dado la mano uno a uno. Durante varios minutos Sánchez ha escuchado las explicaciones del gerente de la empresa, Gerardo Oliver, y se ha interesado por su futuro. Se trata de una empresa familiar que ya suma tres generaciones y que, con 18 trabajadores de la zona, es el negocio más importante de la capital del Maestrazgo.

Oliver calcula que los daños por el hundimiento del techo, que ha destrozado todo el interior, oscilan entre los 1,2 y los 1,5 millones de euros aunque aún no las han cuantificado los técnicos. Además, hace tres meses acababa de hacer una inversión de 500.000 euros para modernizar las instalaciones.
«El primer planteamiento fue cerrar porque no podía ser que la nieve se llevara tantos años de esfuerzo pero al día siguiente, después de haber descansado, ya pensaba en cómo recuperar el trabajo y volver a la normalidad», explica Oliver, quien explica que más allá de las ayudas, lo que necesitan es que la administración sea ágil con el «papeleo. «El presidente me ha dicho que esté tranquilo y que las ayudas del Gobierno llegarán, que para eso está la administración», ha apuntado.