Las fotos que se conservan del 17 de mayo de 1970 en Albalate del Arzobispo no engañan: fue un día grande. Quién diría que las calles abarrotadas de aquella festiva jornada iban a ser, 50 años después, una imagen imposible de reproducir en nuestros días. No hubo celebración este domingo en Albalate por el aniversario de la inauguración del primer monumento a la jota que se erigió en todo Aragón. No la hubo, pero en la plaza todavía siguen cantando y bailando Manuel Gracia ‘el Capacero‘, Alfonso Zapater Cerdán ‘el Molinero’ y Pascuala Sancho Pellicero ‘la Cestera’. Y es que medio siglo después estas tres estatuas de Ángel Orensanz siguen en pie para demostrar que la tradición sigue viva.
La concesión a Zapater, bailador, del título de hijo adoptivo de la localidad fue lo que motivó la creación del monumento, que se hizo realidad bajo el mandato del entonces alcalde Luis Gasco Laudo, el patronato Pro-Monumento a la Jota y ayudas de particulares y entidades, como la Diputación Provincial de Teruel. A la inauguración acudieron los Gobernadores Civiles de las tres provincias aragonesas, así como los alcaldes de Zaragoza, Huesca y Teruel. También los músicos de la Banda de la Diputación de Zaragoza estuvieron en el acto. «Vino muchísima gente de fuera, a parte del hecho de que en ese año Albalate tenía 3.100 habitantes, 1.000 más que ahora», recuerda Andrés Serrano, un vecino de la localidad que inmortalizó la jornada cámara en mano. Además, Serrano fue la persona que fotografió a los dos bailadores posando semanas antes para que Orensanz «se inspirase y los pudiera representar», cuenta.
Engalanados balcones y ventanas en lo alto; cachirulos y trajes a pie de calle, no faltó el cante y el baile de la tradición a la que se rendía homenaje en una plaza en la que no cabía ni un alfiler y que años más tarde es conocida como la ‘de la Jota’. «El día se completó con un festival taurino benéfico para recaudar dinero a fin de financiar el propio monumento, en el que intervinieron Antoñete, Joaquín Bernadó, Fermín Murillo y Jesús Gómez ‘El Alba'», explica Serrano, que este domingo rebuscó entre sus viejos negativos las imágenes de un día que recuerda con cariño. Y al parecer no es el único, pues según cuenta muchos se han puesto en contacto con él para rememorar aquel día al ver entre las cientos de caras que aparecen en las fotos a algún familiar o conocido.
«Ese día también se aprovechó para nombrar algunas calles, como la Avenida Huesca, Avenida Zaragoza, Avenida Teruel o Calle Demetrio Galán Bergua, todo ello haciendo alusión a nuestra comunidad autónoma. Y por supuesto la plaza donde se encuentra el Monumento a la Jota, que fue nombrada Plaza Aragón«, cuenta Isabel Arnas, alcaldesa de la localidad. Precisamente el Ayuntamiento quería haber rendido homenaje a este aniversario con un acto, algo que no pudo ser a causa de la actual situación, aunque sí dieron cuenta de él a través de las redes sociales. «Como todos estos eventos que hemos tenido que ir cancelando o postergando, espero que cuando podamos celebrarlo nos reunamos en torno al monumento para hacer un homenaje a la jota como merece», explica.
Mientras tanto, Gracia, Zapater y Sancho aguardarán incansables en la plaza, con la postura erguida y digna de quien tiene el honor de rendir homenaje a la jota aragonesa. Una tarea que el pueblo de Albalate les encargó hace 50 años y de la que dan cuenta en cada una de las fotografías en las que han sido coprotagonistas junto a todas aquellas personas que han posado a su lado para llevarse consigo un pedazo de Albalate, Aragón y su jota.