Las residencias del territorio han comenzado muy poco a poco y de manera controlada a recibir las visitas de los familiares de las personas que en ellas residen tras más de dos meses y medio sin poder hacerlo. Algunas, como es el caso de la Residencia Alcañiz, ya comenzaron a recibir a personas la pasada semana. En cambio, en otras, se han mantenido a la espera hasta ayer mismo pese a no haber padecido casos de coronavirus. Todas las medidas de seguridad e higiene se han extremado al máximo.
En la Residencia Alcañiz, como explica su director, Ángel Alejos, han habilitado una zona de visitas nueva con acceso independiente. En este caso residentes y visitantes se ven a través de una mampara de cristal y el familiar visitante habla a través de un teléfono. «Son visitas con horarios concertados que de momento han sido a las 10.00 y las 11.00 y que a partir de esta semana ampliamos a las 16.30 y a las 17.30 », recalca Alejos. En estas visitas tan solo se da opción a que pueda asistir un familiar. Una vez acabada la visita se desinfecta la sala con un sistema de nebulización con el objetivo de garantizar la seguridad tanto a los residentes como a los familiares.
Precisamente el domingo a las 10.00 Marisa Royo visitó a su tía Pilar, de 85 años. El encuentro, en este caso, fue emotivo y cariñoso como reconoció Marisa una vez finalizada la visita. Y es que, explicó, «tenía muchas ganas de volver a verla porque han sido muchos días sin tener contacto directo con ella aunque hemos podido hablar por teléfono». Por su parte Pilar se sintió muy feliz de poder haber visto a su sobrina aunque echó de menos no poder abrazarla y darle un beso. Dos gestos que sin lugar a dudas no tardarán en producirse. «Hay que seguir teniendo paciencia», reconoció Marisa una vez concluida la visita. «No podemos tirar por tierra todo el esfuerzo que los trabajadores y la dirección de la residencia han llevado a cabo durante estas semanas para que no se produjera ningún contagio, por lo que les estoy muy agradecida», dijo.