Bajo el lema «No dejaremos que el virus acabe con tus derechos. No estás solo, no estás sola», CCOO y UGT celebran este viernes un inusual y difícil Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajo, en medio del confinamiento motivado por el COVID-19. Por este motivo, durante toda la jornada a través de las redes sociales, se reivindica un nuevo orden mundial más justo y solidario que sitúe a las personas y su bienestar por delante de los intereses económicos. Además, este año se rinde también homenaje a los todas las personas que han sido víctimas del COVID.
Una reivindicación que también se hace extensible para determinar las líneas de un nuevo modelo productivo y social que siempre se ha reivindicado y que la crisis del coronavirus demuestra inaplazable, según explicaron los sindicaros. Para ello, se vuelve a insistir en más y mejores servicios públicos en sanidad, en la atención a las personas mayores y a las dependientes y en educación, entre otras. También, según indican, se solicita «una intervención pública en los sectores estratégicos (energía, suministros, servicios financieros, industria) que garantice, al mismo tiempo, la respuesta ante situaciones críticas y una mayor eficiencia y menor dependencia de un mercado que se articula bajo el principio del máximo beneficio y que carece de sensibilidad ante los problemas de las personas».
También se reivindican condiciones de trabajo dignas y salarios suficientes, denunciando las reformas que se hicieron para devaluar y precarizar el empleo. Así mismo, se trata de poner en valor el papel que juega la mujer trabajadora en una sociedad más igualitaria y justa. «Hay que recordar que muchos de los sectores laborales que hoy están salvando vidas, facilitándonos la provisión de alimentos o evitando que se extienda la pandemia, son sectores feminizados, en los que muchas de estas trabajadoras no llegan ni a mileuristas», indicaron CC.OO. y UGT a través de una nota de prensa.
En este atípico Primero de Mayo también se defiende la necesidad de que esta crisis se aborde desde las instituciones europeas. «Europa debe tener un protagonismo que hasta ahora no ha sido capaz de asumir. La crisis es de tal magnitud que está poniendo en duda los cimientos del logro más importante de nuestro continente: la Unión Europea», indicaron los sindicatos. «Deben aceptar que las políticas de austeridad impuestas han debilitado los mecanismos de protección social y laboral en los que se está cebando la pandemia y tienen que renunciar a ellas definitivamente para enfrentar la crisis de forma verdaderamente solidaria», destacaron.
Aseguran que habrá «un antes y después» de esta pandemia, que va a obligar a hacer una nueva «reorganización económica y social a nivel mundial». Desde la provincia de Teruel, en particular, las formaciones piden a los dirigentes que no pueden dejar pasar la oportunidad de «reinventarnos y preparar los polígonos industriales, dándoles solidez y apostando por la ejecución de las infraestructuras que necesitan, para acoger a empresas dedicadas a sectores que a raíz de esta pandemia, ha quedado de manifiesto que son necesarios para nuestra sociedad». Subrayaron que se necesita más que nunca la unidad de todos para, «desde la solidaridad», salir todos juntos de esta crisis sin dejar nadie atrás. Para llevar a cabo todo esto, inciden en que es necesario un gran Pacto de Estado. «Para Teruel es fundamental que este pacto no se olvide del mundo rural», recalcaron.
Este Día Internacional del Trabajo también ha servido para mostrar el respeto y la solidaridad ante la pérdida de vidas humanas a causa del COVID-19. Desde ambos sindicatos agradecieron a todas las personas que, a pesar del riesgo de contagio y de los deficientes medios de protección, están salvando vidas, ayudando a las personas mayores, dependientes y con discapacidad; y las que garantizan el funcionamiento de los servicios esenciales que requiere la economía. «También lo son aquellas que teletrabajan y las que se han reincorporado a la actividad, las que han perdido el empleo o no lo tenían y les va a ser más difícil encontrarlo. Todas ellas son un ejemplo para este país y no se debe olvidar cuando esto pase», concluyen.
Kiko dice
Sería interesante saber cuantos liberados sindicales de la sanidad, han acudido a su puesto de trabajo para echar una mano a sus compañeros,que ellos si que han estado en primera linea. En la comunidad fe Madrid, sólo un tercio de los liberados sindicales acudieron a su puesto de trabajo.
Viriato dice
Manda huevos que, en el estado de alarma, la primera manifestación callejera haya sido en Zaragoza con una caravana de coches exhibiendo la bandera republicana con motivo del día del trabajo. Yo trabajo, a ver si os enteráis los mantenidos sindicales, y solo me representa la rojigualda oficial, no la bandera de un régimen estrepitosamente fracasado. República, precisamente es lo que somos, por vuestra culpa, pero república bananera.
ASB dice
¿Fracasada la república, dice usted? Fíjese en Alemania, Francia, Italia, Austria, Suiza, etc.
opinante. dice
sindicatos , parasitos , y encima UGT vende a sus trabajadores extrabajadores , viuudas de estrabajadores uerfanos todos de endesa y electricas reunidas de zaragoza, iros a las mariscadas.
Yo. dice
No mire afuera, mire adentro.
El problema en sí no es el modelo de estado, es ‘el hacer de la política’ y sus ‘apesebrados’. Y si quiere mirar afuera mire también sus ideas, pues dista muchísimo la idea de las repúblicas que ha mencionado a las ideas ‘republicanas’ de nuestro país. Se trata de que los gobernantes defiendan a su pueblo, no a su culo. Pues hay mucha gente trabajadora y honrada que ‘pierde el culo’ por trabajar y con ello ganar prosperidad, cosa que algunos con las ideas que quisieran implantar aquí no permitirían.
Yo. dice
…esto era un comentario para ASB.
ASB dice
Estamos de acuerdo, el problema no es el modelo de estado, sino que los gobernantes defiendan el interés general y no el propio o el de su partido. Y si miro hacia dentro, recuerdo la última república española, contra la que se alzó un grupo de militares golpistas, en absoluto demócratas, cuyo fracaso en la intentona nos llevó a una guerra civil de la que no quiero acordarme.