La iniciativa Maestrazgo Els-Ports -que involucra a parte de las Comarcas del Matarraña y Maestrazgo- se presentó esta semana en Rossell (Castellón), reanudando así las charlas en las que los impulsores quieren dar a conocer este macroproyecto, que ya se conoce como el Yellowstone Europeo y que ha generado cierta polémica y rechazo en el territorio. Entrevistamos al biólogo Ignacio Jiménez, uno de los impulsores de esta iniciativa, que involucra a las provincias de Teruel, Castellón y Tarragona.
¿Qué objetivo persigue esta iniciativa?
Lo que busca es difundir esta región, que está compartida entre Aragón, Cataluña y Valencia, para que a base de que sea más conocida la gente del territorio pueda tener más oportunidades de empleo, fundamentalmente. Todo ello combinando siempre naturaleza y cultura.
¿Cuáles serían las líneas de trabajo?
Hablamos de cuatro líneas. La primera es la que la gente más está viendo y que consiste en divulgar la región en positivo, a través de redes sociales: usando vídeos cortos, combinando naturaleza, pueblos, historia, cultura, fauna… Otra línea sería apoyar espacios protegidos. La tercera apoyar al sector primario, porque pensamos que si hay una ‘marca verde’ ellos van a poder vender los productos a mejor precio. Y la última sería trabajar con la fauna autóctona para que se recupere y beneficie a la gente y al ecosistema.
¿Cómo surge este proyecto?
Volví del extranjero después de muchos años y pensé que España tenía un potencial muy bueno para poder generar proyectos más ambiciosos y dar a conocer regiones combinando algo que tenemos único, que son una cultura y una naturaleza muy potentes. Buscando sitios me encontré con un lugar que yo conocía de pequeño que es precisamente el que se integra en la iniciativa Maestrazgo-Els Ports. Tienen pueblos increíbles y mucha naturaleza. Luego buscamos donantes y trabajamos con la Fundación Global Nature, que tiene mucha experiencia en este tipo de proyectos en toda España.
¿Por qué se eligieron estos pueblos?
La idea era buscar un área que tuviera una cohesión cultural y ecológica. Dando presentaciones y charlas en Cataluña, Aragón y Valencia reconocían que existía este lugar: montañoso en general, con una densidad de población relativamente baja y con pueblos muy bonitos que tienen una historia común.
¿En qué punto se encuentra ahora el proyecto?
Nosotros durante el año pasado estuvimos hablando con autoridades de las tres Comunidades Autónomas, diferentes técnicos y políticos para ver si les parecía interesante y razonable empezar esto. Dijeron «bueno, empiecen ustedes desde el sector privado y veamos como avanza». Hemos estado en contacto con estas autoridades y por el momento ninguna se ha manifestado formalmente ni tiene por qué hacerlo. En paralelo lo que estamos haciendo es divulgar en redes sociales, ya que el covid-19 nos impidió hacer más presentaciones formales. Esta semana en Rossell fue la primera presentación pública que se hace después de la cuarentena. Antes se habían hecho más presentaciones a grupos concretos, alcaldes, asociaciones… pero no de manera abierta a todo aquel que quisiera venir.
¿Y qué tal fue?
Difícil, complicada. No fue fácil. Vino bastante gente y venían grupos que llevan tiempo manifestándose en contra a través de redes sociales y que están bien organizados. Vinieron de diferentes localidades a esta reunión a manifestar su desconfianza en la iniciativa.
¿Por qué considera que ha surgido está oposición al proyecto?
Supongo que es una combinación de cosas. Cosas que podíamos haber echo mejor nosotros, mala suerte porque el covid nos impidió tener una relación más personal y que la gente nos viera. Y cosas que son más intrínsecas al territorio. Cuando yo hablaba en el 2019 de hacer esto, que parecía una cosa muy ambiciosa, todo el mundo me decía que era algo muy difícil. Cuando uno presenta cosas a una región, que implica posibles cambios o ideas, es relativamente normal que haya una reacción de desconfianza o de resistencia; más allá de que hay gente que sí está interesada y lo manifiesta así.
El proyecto ha suscitado muchas reacciones, incluso se ha conformado la plataforma 'No al Yellowstone Europeo', pero vosotros planteáis seguir adelante...
Sí, sí. Nosotros seguimos pensando que es una buena opción para la región. Pensamos que debe ser más conocida, creemos que hay que reactivar el sector primario y que es bueno beneficiar al sector terciario, creo que nadie está discutiendo esto en realidad, pero pensamos que realmente es una buena oportunidad. Creemos que vale la pena trabajar en ese sentido. Entendemos que la oposición en algo normal, pero eso no quiere decir que uno deje de trabajar en lo que cree.
¿Cuáles van a ser entonces los siguientes pasos?
Fundamentalmente seguir dando charlas, seguir presentando presencialmente la iniciativa, y buscar ya propuestas concretas dentro de esas cuatro líneas de acción que demuestren que esto genera resultados. Ya estamos en contacto con grupos ganaderos de Castellón fundamentalmente, porque Global Nature tiene bastante experiencia ahí y tiene prestigio, para mostrar que son cosas concretas y no es humo.
¿Hay algún mensaje que le gustaría trasladar?
Sí. Fundamentalmente un mensaje de diálogo: que nos dejen expresarnos, hablar con la gente, escuchar, y que no manejemos esto a través de ataques en redes sociales. Dejémonos unos meses para que todo el territorio escuche la iniciativa y que sectores o zonas que particularmente no les interesa no impidan que otras participen y se beneficien.