Bajo los redobles del nuevo cabo, José Manuel Goni, el Silencio volvió a enmudecer este Jueves Santo a una plaza de España en la que no cabía un alfiler mientras en siete pueblos de la Ruta resonaba el estruendo de los tambores y bombos que rompían la Hora en la medianoche. Una de las procesiones más intimas y más emocionantes de la capital bajoaragonesa se vivió con especial devoción y solemnidad, especialmente a su término, cuando la plaza queda cubierta por una alfombra de tomillo y romero sobre la que transitan los pasos y tambores bajo la luna en la madrugada.
Los pasos del Cristo del Silencio, la Virgen de las Lágrimas y la Piedad procesionaron por la parte baja de la ciudad en una noche despejada y de viento moderado y buena temperatura que dejó recorrer el camino.
A sus 39 años, Goni se estrenó en el cargo con el que soñó desde niño, y sobre sus redobles resonó fielmente el resto de la banda del Silencio formada por un tambor solista, 27 tambores de piel y 12 timbales, tres de ellos de nueva incorporación sumando otra fila más. «Hemos hecho más grande la banda y esperamos que sea del agrado de todos», remarcaba el presidente de la Hermandad, Carlos Villanueva.
Llegado el momento más ansiado, los nervios ya se palpaban en el interior de la iglesia Santa María La Mayor, instantes antes de dar comienzo al ritual. El Hermano Mayor de Honor, Manuel Gracia, recibió la capa y el cetrillo en un acto previo a la procesión en su casa desbordado por la emoción. Cabe destacar que el Miércoles Santo ya recibió la capa de Hermano Mayor de Turno del Nazareno. «Me llena de orgullo ser elegido, no me lo esperaba, estoy pasando unos días muy buenos que me traen muchos recuerdos», destacó.
Y es que, a parte de ser uno de los fundadores del Silencio, con su cámara captó infinitos momentos que se quedarán en la historia de Alcañiz. Fue su hijo Emilio Gracia quien le representó en la procesión. «Estoy muy emocionado porque este es un reconocimiento a su labor profesional durante tantísimas décadas. Dada su avanzada edad no puede salir a la procesión, pero estoy tremendamente orgulloso por poder representarle», explicó. El nombramiento será compartido con el Hermano Mayor de Turno, Fernando Muñoz, quien resultó seleccionado por lista.
«¿Juráis hermanos guardar silencio absoluto mientras lleváis el caperuzo puesto con dignidad y fervor?» preguntó el representante del Hermano Mayor de Honor desde el altar de la ex Colegiata con fervor, para dar comienzo al ritual. También leyó una carta de su padre dirigida a los presentes para agradecer este nombramiento.
Los capirotes blancos completaron su recorrido para volver a la plaza de España, donde el Silencio alcanzó su punto álgido y se hizo literal, al desistir el sonido de la banda cada vez que entraba un paso a la plaza. El tiempo acompañó y el cielo se mantuvo despejado invitando a la calma, una calma ligeramente perturbada por el viento y que se vio embriagada al final por el olor del tomillo y romero. Se repartieron claveles en la iglesia donde los hermanos se dieron la enhorabuena por otra noche solemne.
Así vamos dice
viva Cristo Rey!!
José Sancho dice
Bonita procesión, muy bonita.