La soledad no deseada es uno de los principales problemas que afecta a aquellos que hacen uso del Teléfono del Mayor, un servicio que se consolida. El número gratuito 900 25 26 25 -disponible de tres de la tarde a siete de la mañana de lunes a viernes y 24h durante sábado y domingo- resulta de interés ante múltiples circunstancias. Los motivos de las llamadas a este teléfono son variados y también han ido cambiando desde que se puso en marcha, hace ahora dos años y medio. «El primer año un 46% de las personas llamaban para hablar, este mes pasado estábamos ya en un 73%. Son personas que están solas y que necesitan contactar con otra voz humana que les acompañe», explica Ana Sánchez, técnico del IASS, el Instituto Aragonés de Servicios Sociales.
Al otro lado del teléfono se encuentran «profesionales formados para acoger a aquellos mayores que llamen por distintos motivos: porque necesitan hablar o porque se están sintiendo solos, porque quieren información sobre determinados servicios o recursos, porque tienen una situación de urgencia y no saben bien a quién llamar, y también si hay sufrido o han sido testigos de una situación de trato inadecuado». Además, si la situación lo requiere el usuario es derivado al resto de servicios y recursos con los que cuenta la comunidad. No obstante, como señala la técnico, «el propio teléfono está dando respuesta a las consultas de los usuarios. Mayoritariamente la persona que llama encuentra solución», concluye. Se trata de un servicio que no únicamente puede ser empleado por personas mayores, sino también por sus familiares o allegados. No obstante, como insiste Sánchez, persigue «el objetivo de garantizar la protección a los mayores».
Los datos hablan por sí solos. Desde que se puso en funcionamiento a mediados de 2019, se han establecido un total de 13.715 comunicaciones a razón de unas 3.000 llamadas anuales. No obstante, durante la pandemia, en 2020, se incrementaron notablemente, hasta las 7.000 comunicaciones. En cuanto al perfil de los usuarios, la media de edad se sitúa en los 78 años. No obstante, el dato más llamativo responde a la distribución geográfica de las llamadas, que muestra una clara distinción entre el ámbito rural y el urbano en el contexto aragonés. El 78,2% de las llamadas han tenido su origen en Zaragoza. Algo que tiene una explicación sociológica a la que apela Sánchez a través de un estudio centrado en las redes sociales de los mayores en Aragón. «En las comunidades rurales si bien es cierto que las personas mayores suelen tener a los hijos lejos lo palían muy bien con esas relaciones de vecindad, y es en las zonas más pobladas donde hay más dificultad y más soledad, y además, de mayor desconocimiento de los recursos», explica.
Tal y como explican desde el IASS, una de las principales características de este servicio es la atención, la dedicación y la cercanía con la que se trata a todos los usuarios, a fin de poder solventar sus inquietudes o problemas. Por eso, animan a hacer uso del 900 25 26 25: «Todo aquel que llame encontrará al otro lado una persona que les espera».