‘Natura artifex’ encara su última semana de exposición en Alcañiz, lo que supone que quedan seis días para disfrutar de un espectáculo y un homenaje al alabastro. Rubén Vidal, Estela Ferrer y Noemí Palacios suman sus trabajos para ofrecer al visitante un gran abanico de las posibilidades de esta piedra autóctona del Bajo Martín. La mayoría de las piezas están a la venta e incluso alguna ya se ha vendido. Cada obra está trabajada sobre el terreno en Albalate del Arzobispo, en el Centro Integral para el Desarrollo del Alabastro (CIDA) donde los artistas son residentes y donde pasan sus días sacándole todo el partido. El resultado no puede ser más revelador y viéndolo en comunión, todavía lo es más. Puede visitarse en la sala municipal en la Glorieta de Valencia con apertura de martes a sábado de 19.00 a 21.00 y el domingo, último día, de 12.00 a 14.00.
Salen de Albalate con ‘Alabastro in Itinere’, un programa que ya llevó a la capital bajoaragonesa a los primeros residentes. Ahora vuelven con un alcañizano, una bergelina y una catalana casi albalatina de adopción por su colaboración con el CIDA. De hecho, el trabajo de Noemí Palacios es más específico y presenta un proyecto cerrado con el nombre ‘Diario de una piel‘ en el que se desahoga tras serle diagnosticada una enfermedad degenerativa. El público puede interactuar con su obra.
En la sala municipal en la Glorieta de Valencia Palacios extiende su obra que incluye audiovisual en una sala de la planta sótano. En la otra sala expone Estela Ferrer sus esculturas que siguen en la zona derecha de la planta calle. Junto a ella, en la parte izquierda del pasillo, están los trabajos de Rubén Vidal. El alcañizano muestra y explica a quien lo precisa cómo ha hecho para pintar sobre tabla de alabastro. Su residencia está consistiendo en investigar estas posibilidades y son unas cuantas. Está pintando con diferentes técnicas sobre las tablillas que se desprendieron de la fachada de la sede de la Comarca del Bajo Martín en Híjar. Expone las Musas que suelen estar en el salón de plenos de la comarca, y otras muchas tablas en las que ha pintado rostros, cuerpos en diferentes posturas aprovechando siempre la forma de la tabla dejando los lados rotos como parte de la obra, y también ha pintado paisajes. Se reconoce Albalate, La Estanca o las Saladas, entre otros. «Los pinté con mi caballete, que me gusta salir», dice.
Rubén Vidal suele ir a pintar al natural y en este caso también aunque las tablas pesen algo más que los lienzos. La translucidez da mucho juego a estos paisajes, como también lo dan las vetas propias del alabastro: en algunas tablas las ha aprovechado como zona sombría de su dibujo o como parte del tronco de un árbol. Parte de estos conocimientos los compartirá el próximo fin de semana coincidiendo con el final de la exposición. Lo hará en el curso ‘Pintura en alabastro. Procesos y técnicas’ que dará en Albalate y cuya inscripción puede hacerse a través de la Fundación Antonio Gargallo.
El alabastro tiene esa peculiaridad que hace que nunca se sepa el resultado hasta que no se trabaja. Fiarse del aspecto del bolo de cantera no es garantía y el ejemplo es la obra de Estela Ferrer. «La mayoría de las esculturas están hechas en alabastro pero han salido variedad de colores y vetas», apunta. La de Berge es la más joven y comenzó la estancia en el CIDA recién acabada la carrera. Le apena que ya esté en la recta final pero sale preparada para ir «entrando en los circuitos». Durante el año de residencia ha ido creando obra en ‘Cuerpos etéreos’ donde hace hincapié en el interior de las personas sobre el exterior. «Es un proyecto amplio para poder ir moviendo esculturas y que además me representa como artista», reflexiona. De hecho, a la vez tiene una exposición en Zaragoza con la Universidad San Jorge. A final de mes impartirá un taller en el encuentro de jóvenes artistas del Matarraña en Cretas.
Exponer en Alcañiz como objetivo
Poder mostrar el trabajo creativo en Alcañiz es un objetivo para muchos artistas bajoaragoneses y que no es sencillo conseguir ni en fechas señaladas ni fuera de ellas. «Hay actividad pero queremos potenciar más esta sala», dice el concejal de Cultura, Javier Climent, que no oculta su admiración por los tres autores. «Ya sea en exposiciones, música o la disciplina que sea, nuestra meta es que las programaciones tengan siempre un espacio para los nuestros. Aunque haya grupos de fuera, siempre queremos acabar con alguien de la zona», añade Climent, que señala este mismo sábado como ejemplo ya que el ciclo de primavera lo cerrará Nacho Abril.