La reapertura de la Torre Gótica de Alcañiz está permitiendo a los alcañizanos redescubrir uno de sus principales baluartes patrimoniales. Las generaciones más jóvenes no habían visto su interior debido a que ha permanecido muchos años cerrado y lleno de palomina; y los más mayores llevaban muchos años sin poder entrar.
Su restauración ha despertado una gran curiosidad y las visitas guiadas que ha organizado la concejalía de Turismo de Alcañiz han sido todo un éxito. De hecho, todos los turnos programados hasta el día 29, con entrada gratuita, están llenos; y ya hay lista de espera. Este fin de semana se ofrecieron entradas en dos turnos de mañana y otros tantos de tarde; y desde el lunes y hasta el sábado 29 se han organizado tres visitas gratuitas al día.
La valoración de los visitantes es más que positiva ya que no solo pueden ver de cerca el magnífico trabajo de restauración sino que también conocer de la mano de los guías los nuevos detalles que han salido a la luz con las obras y que permiten conocer más en profundidad la historia de la ciudad.
¿Qué harán ahora?
Vista la buena acogida, el concejal de Cultura y Turismo, Jorge Abril, organizará una reunión técnica para plantear cómo el Ayuntamiento integra la Torre Gótica en la oferta turística de la ciudad junto con las visitas a los pasadizos, el Castillo y el casco histórico que se realizan durante el año dependiendo de la época. También tendrán en cuenta cómo han funcionado en estos días las entradas gratuitas para adaptar la oferta.
El principal handicap son las reducidas dimensiones de la Torre y, sobre todo, los 171 escalones de la estrecha escalera. Esto impide que tanto niños pequeños como personas mayores o con movilidad reducida puedan entrar. Los grupos se están limitando a 15 personas.
Abril explica que aún deben decidir cómo será esta integración a la oferta turística, que podría enmarcarse en un paquete conjunto con los otros elementos patrimoniales o bien como una visita en exclusiva por separado. Otra cuestión que también planteará el edil es el precio de entrada. «Vamos a estudiar cómo ofrecer la mejor gestión a la Torre porque su espectacularidad se lo merece. Estamos muy contentos por la buena acogida de las visitas», apunta Abril.

¿Qué se puede ver?
La visita comienza en la planta baja, donde se proyecta un vídeo sobre la rehabilitación del realizador José Ángel Guimerá y se explica todos los hallazgos que se encontraron después de retirar los yeso: la puerta de la escalera, la ventana original con las arquivoltas y motivos escultóricos e iconográficos, y la iconografía del promotor de la torre en la clave de la bóveda, un dato que se desconocía hasta ahora y que ha permitido determinar también su época (mitad del siglo XIV). Se puede reconocer la figura del arzobispo de Zaragoza y canciller de Pedro IV, Pedro López de Luna.
Los yesos también dejaron al descubierto elementos que pertenecen a la reforma que se realizó en el siglo XVI. Los más relevantes son unas inscripciones en la bóveda, en los parlamentos y restos de policromía en el entorno de la puerta. También se pueden apreciar ahora unos agujeros en la pared en los que estaban colocados los sitiales, las sillas donde se sentaban los miembros del capítulo. Subiendo las escaleras se llega a la primera planta, en la que se ha restaurado un impresionante reloj; y en la segunda planta se pueden ver los imponentes ventanales de alabastro. La tercera planta muestra las campanas y la terraza superior ofrece unas magníficas vistas de la ciudad.
Se ha realizado una restauración «didáctica», por lo que los visitantes pueden ir encontrando «testigos» que evidencian cómo se conservaba la torre antes para que puedan entender la configuración original.
