En el cuarto capítulo del Diario del confinamiento del pediatra y cardiólogo infantil, Jose Manuel Siurana, relata su experiencia en el Hospital HM Delfos de Barcelona y esta vez se centra en la vuelta a su hospital infantil. Siurana tuvo que «reciclarse» para dejar su puesto de pediatra y pasar a ser médico internista atendiendo en primera línea los casos de coronavirus del hospital de adultos al que fue trasladado.
Diario de un pediatra: Una realidad diferente
José Manuel Siurana. Cardiólogo pediátrico. Hospital HM Nens y Hospital HM Delfos de Barcelona.
Al fin llegó el esperado momento. Tras seis semanas de constante batalla contra el coronavirus empieza una particular operación dynamo. Vuelvo al hospital HM Nens en Barcelona, en una realidad diferente, y empiezo a visitar niños. Como leí hace poco, ellos nos han dado una lección de paciencia en esta crisis. Esta es una nueva normalidad en la que muchas cosas han cambiado. Pero debemos estar muy orgullosos de haber protegido a nuestros mayores. Además, tal y como yo lo veo, nuestro sistema sanitario sale reforzado de esta crisis. Por primera vez para muchos, hemos visto colaborar codo con codo a diferentes administraciones y centros sanitarios, aunando esfuerzos por proteger la vida y salud de quien lo necesitara. Ahora, sí estamos preparados. Ya conocemos la virulencia del Covid y sus consecuencias. Y cuando llegue la segunda ola, que llegará, la respuesta será mucho más efectiva y rápida.
Saco una gran lección de esta crisis. Los sanitarios estamos dispuestos a arriesgar nuestra salud y seguir dando lo mejor de nosotros para vencer esta pandemia. A la memoria me viene una magnífica enfermera que ha permanecido al pie del cañón, separada de su familia en aislamiento voluntario, para evitar contagiarlos. Su fortaleza mental y resistencia me han sorprendido. Ella es uno de los ángeles de esta pandemia.
Tras estas seis semanas ya todo ha cambiado. Parece que la naturaleza nos haya recordado lo insignificantes que somos. Pero la respuesta ha sido ejemplar. A nivel científico he podido observar cómo grupos muy influyentes comparten gratuitamente sus hallazgos o cómo se siguen impartiendo multitud de simposios online con médicos de todo del mundo para encontrar el mejor tratamiento.
Conmigo llevaré en el corazón a María Dolores, Luis y Clotilde, víctimas de la fatalidad y a los que rindo un homenaje con estas líneas. Pero también a José Antonio, Úrsula, Elena o Virtudes, claros ejemplos de que el Covid no es invencible, tengas la edad que tengas.Quiero dar infinitas gracias a todo el equipo humano que he conocido estas semanas. Grandísimos profesionales, como Isabel o Francesc, que desde el primer momento me tutorizaron y ayudaron en la reconversión a médico internista.
Por delante me esperan unas semanas un tanto atípicas porque vuelvo a visitar a mis pacientes, a la vez que también seguiré atendiendo, mientras me necesiten, adultos afectos de Covid. Ahora es el momento de recuperar parte de nuestra normalidad perdida y empezar a vivir en esta nueva realidad.