El 31 de marzo de 2019 llovía en Madrid pero cerca de 100.000 personas clamaron por el medio rural durante la manifestación de la España Vaciada. En el primer aniversario de una cita histórica repasamos lo acontecido junto a una de las voces que pronunció alto y claro el manifiesto de la España Vaciada, el periodista aragonés Manuel Campo Vidal.
¿Cómo lo recuerdas?
Para mi fue esa semana muy intensa. El miércoles por la noche recibí el encargo de Teruel Existe, en nombre de la Coordinadora, de redactar ese manifiesto. La verdad es que me pilló bastante por sorpresa pero fue muy intenso. El sábado lo recuerdo en el despacho oficial de Paloma Zuriaga ensayando mano a mano. Entonces ella añadió esa frase final: ‘La España Vaciada no será callada’, y es verdad, porque aquel domingo 31 por la mañana bajo la lluvia había muchas emociones encontradas. Primero porque todos sentíamos que allí nacía algo grande, aunque hubiéramos deseado que la ciudad de Madrid hubiese respondido más. Y efectivamente, yo creo que la manifestación del 31 de marzo fue el primer gran hito del año 2019. El segundo, desde luego, estoy convencido que fue la presentación a las elecciones del 10 de noviembre por parte de Teruel Existe y el resultado: un diputado y dos senadores.
A un año vista, ¿qué se ha avanzado?
El salto ha sido espectacular. Yo recuerdo todavía la lucha que tuvimos para que algunos medios de comunicación, incluso algunos públicos que se supone que deberían estar un poco más atentos a todos estos fenómenos, vieran la manifestación y la tuvieran presentes. Medios de comunicación que todavía pensaban que esto era algo relativamente marginal. Fíjate, ahora las noticias en relación a la España despoblada se encuentran con mucha mayor facilidad, probablemente encontremos que son demasiado catastróficas a veces, que hay pocos casos de éxito aunque verdaderamente los hay, como en Alcañiz, Castelserás y muchos otros lugares, y sería muy bueno difundirlos para decir que en la zona rural española hay vida más allá de la agricultura y la ganadería. Para mí la manifestación fue un salto fundamental, una pieza clave para decir: ‘Aquí estamos, giren la vista todos los poderes hacia esta cuestión’. Sin aquella manifestación no se hubiera entendido que poco después hubiera una atención o unas referencias especiales por parte de los candidatos de todos los partidos políticos. En ese sentido, tanto la manifestación como la presentación de la candidatura y éxito de Teruel Existe fue algo determinante.
Esto en lo general y lo político. A nivel personal te puedo decir que yo avancé en aquella manifestación francamente muy conmovido. Aproveché para recordar mis propias vivencias, cuando salí de un pueblo de la provincia de Huesca con nueve años para ir a vivir a Barcelona. Hablé con algunos de mis hijos diciéndoles cuánto me acordaba yo de mis padres y cuánto me acordaba de la heroicidad de tantas personas de Teruel, de Huesca, de Galicia, de Andalucía o de donde fuera, que tuvieron que ir a buscarse el sustento a otra parte de España o del extranjero.
Andamos ahora preocupados por muchas cosas, como la Sanidad, cuestiones que se reclamaban también en esa manifestación del 31M...
Sí. Leía el otro día una entrevista en el que alcalde de Soria decía: ‘Miren, esto de la Sanidad también nos está afectando a nosotros y nos está afectando bastante’. Bueno, creo que todos los recortes que en un momento determinado, por desgracia, se hicieron en este país los hemos sufrido muy directamente ahora. Yo espero que en un futuro, después de esta crisis, los políticos de turno sean más prudentes y, por supuesto, que toda la ciudadanía seamos mucho más sensibles cuando veamos esas reducciones de inversión, también en la ciencia. Creo que aquí salen los científicos reforzados, porque demuestran que son necesarios.
Creo que con todo ello estamos tratando de re equilibrar las cosas. Además, si me permites, hay mucha gente que se está planteando varias cosas: la primera sería pensar que esto del cambio climático va muy en serio; y otra cuestión, probablemente hay vida más allá de las ciudades y tiene todo el sentido empezar a pensar que la vida la tenemos que organizar y afrontar de un modo distinto, y ahí, como opción o como ‘destino’, estaría la España despoblada.
¿Consideras que ha afectado la crisis del coronavirus de igual modo a la España rural que al resto del país?
No tengo datos de cómo ha afectado en la España rural y no me gusta hablar solo por una impresión superficial, pero como es lógico allí donde hay más posibilidades de contacto ha afectado más. Los aeropuertos, por ejemplo, han sido unos focos de irradiación tremenda, pero luego ha habido grandes partidos de fútbol, manifestaciones, congresos de partidos políticos, y tantas otras cosas. Es por eso que, en general, afecta más a las grandes ciudades, como Madrid, Barcelona, Valencia o la ciudad de Igualada, donde más de 20 empresas de la industria del cuero habían enviado representantes a la feria de Milán. Esa es la impresión que tenemos desde el punto de vista estadístico, desde el punto de vista práctico y concreto creo que la mirada también debe estar puesta en el medio rural, aunque los estragos principales se estén produciendo en las ciudades.
Las condiciones de esta España rural están dificultando la adaptación a la crisis, por ejemplo con el teletrabajo, condicionado por la conexión a internet. ¿Se están dejando notar más estas carencias durante esta crisis?
Por supuesto, por supuesto. Aquellos déficits que venimos denunciando durante tantos años se ponen encima de la mesa, y de una manera muy determinante para el trabajo. Pero también hay que rendir un homenaje a todos los que siguen faenando en la agricultura y la ganadería porque algo determinante que ha pasado en España más allá del drama de esta epidemia es que no se ha cortado en ningún momento el suministro de la cadena alimenticia. Eso es fundamental, y en este sentido, me gustaría también que la España urbana se diera cuenta que la España rural puede decir: ‘aquí estamos y seguimos trabajando para todos’. Yo recuerdo el año pasado en el Curso de Periodismo que se hizo el año pasado en Alcañiz, Ana I. Gracia dijo que en las ciudades tenían que enterarse de que los huevos no los ponen las gallinas en el Mercadona. Espero que una de las consecuencias positivas de esta crisis sea esa mirada hacia la España rural, una mirada que tiene que ser de agradecimiento y de darle la importancia que quizá antes no se le daba.
Hace un año se llamaba a la reflexión, hoy también parece buen momento para hacerlo...
Es verdad. Es un tiempo para reunirnos con nosotros mismos porque siempre tenemos cosas que hacer, teléfonos que suenan, carreras para llegar a los sitios… Es muy importante hacer estas reflexiones, el comunicarnos, el ver dónde estamos, dónde queremos ir y dónde íbamos porque quizá íbamos de una forma equivocada. Antes había elementos que hoy echamos de menos y otros que nos parecían nimiedades. Estábamos demasiado en la sociedad asociada al consumo y sin embargo no valorábamos suficientemente, aunque disfrutábamos de ellos, los abrazos de los familiares o las conversaciones tranquilas. Así que sí, es tiempo de reflexión y de diálogo con uno mismo.
Un año después de la revuelta de la España Vaciada, ¿con qué fotograma te quedarías?
En ese día le escribí a una de mis hijas para decirle cuánto recordaba a mis padres en aquel momento y cómo me sentía orgulloso de ellos. Ella me respondió con la foto de una carta que mi padre le escribió a mi madre cuando en 1959 él se avanzó a Barcelona y ella quedó sola con tres hijos y embarazada de la cuarta en Campo Rey. Me emocioné al verla y me emociono también al contarlo. Me refugié en la portalada del Banco de España, no tanto de la lluvia, sino para pasar desapercibido de aquel impacto tan tremendo. Ya me enternecía la manifestación, ya me impresionaba el darme cuenta de lo que aquello podía significar en esa batalla por la España rural, y ese episodio personal e íntimo me afectó mucho. La lectura de aquella carta seguramente es una de las cosas más imborrables que me quedan de aquel extraordinario día, para todos y para la España rural, que fue el 31 de marzo del año pasado.
Dyane o borrico ? dice
Buena entrevista , me ha conmovido ,ya q historias de partida hacia las grandes ciudades se repitieron con demasiada asiduidad , algunas bajo la presión de las balas y el odio …
Es triste pero la realidad lo deja claro .