Los andorranos no podrían creer lo que estaban viviendo. La pesadilla del triple crimen de 2017, que no olvidarán nunca, regresaba a sus calles justo el día en el que Aragón iniciaba la fase 3 de la desescalada. «Ha sido surrealista. Estábamos en la terreza del bar y, de pronto, han empezado a llegar agentes con metralletas. Nos han pedido que nos encerrásemos y apagásemos todas las luces. No habíamos oído nada pero el fugitivo había aparcado su coche aquí y se había ido corriendo», explicó todavía nerviosa Turia Serrano, propietaria de bar Chaques de Andorra. Su establecimiento está situado en la calle Ramón y Cajal, a escasos metros de donde comenzó la huida a pie del Rambo de Requena. «Hemos hecho caso y a los vecinos que pasaban les acogíamos para que no andaran por las calles», detalló.
Y es que el alcalde de Andorra, Antonio Amador, emitió un bando cuando supo que el delincuente había disparado a un agente en Muniesa para que todos los vecinos se encerraran en sus domicilios y cerraran todos los comercios y tiendas hasta que lo detuvieran. El pánico cundió en las calles por lo vivido hace más de dos años no sin razón. De hecho, el fugitivo secuestró a un vecino y le pidió que lo sacase del pueblo.
En Muniesa también se vivieron momentos de pánico y recuerdo. Poco antes de las 15.30 el alcalde de Muniesa recibió la llamada del 112 que avisaba de la llegada de un helicóptero. En un primer momento pensó que se trataba de una persona mayor que había enfermado y había que evacuar pero al llamar al centro de salud para que estuvieran prevenidos del aterrizaje, ya vio que se trataba de otra cosa. «El médico ya no me atendió y enseguida llegó mi hija corriendo a decirme que había un guardia civil herido y que decían que había sido este individuo», explicó.
El primer edil, que comparte nombre y apellido con el ganadero andorrano asesinado hace año y medio, José Luis Iranzo, empleó la palabra miedo para definir esos instantes. «Parece que la patrulla le dio el alto, disparó y salió corriendo a robar otro coche en el pueblo para huir», añadió. Llamó al puesto de la Guardia Civil donde le confirmaron los rumores. «Me dijo que emitiésemos un bando pidiendo al vecindario que no saliera de casa y eso hicimos. Aunque sabíamos que había huido, hasta que no supimos que estaba detenido la gente estuvo enclaustrada», concluyó.
Los vecinos rememoran el triple crimen
Los andorranos han pasado este lunes momentos de auténtica tensión, encerrados en las casas, con las luces apagadas y avisando a la Guardia Civil de todo lo que veían desde los balcones. El alcalde de Andorra, Antonio Amador, ha pedido en un bando virtual a la población que no salieran a los balcones ni ventanas hasta nueva orden para evitar daños personales.
Esta vez, el tiroteo de Muniesa sirvió para activar todas las alarmas y desplegar un dispositivo eficaz y rápido; algo que no se hizo en Albalate del Arzobispo el 5 de diciembre de 2017, cuando Igor el Ruso intentó matar a Manuel Marcuello y Manuel Andreu.